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Corren por ahí muchos rumores sobre las brujas, somos las grandes rechazadas públicamente y a las que tarde o temprano, una o varias veces, se nos acaba consultando.

Siento ser repetitiva pero vuelvo a mencionar a mi hija (será que me abre los ojos desde sus reflexiones inocentes), hace un tiempo yendo del colegio a casa me hablaba de cuentos de princesas cuando de repente me dijo “las brujas son feas” ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿Cómo????????????

Entre la Inquisición y Disney tenemos una fama un tanto acojonante que para nada coincide con la realidad.
A eso le sumamos toda la hipocresía que suele haber en la sociedad actual y acabo escuchando de la boca de mi hija que las brujas somos feas.

Pues yo soy bruja.

Y no soy fea.

Y no hago pactos con el diablo.

Ni mato animales.

Tampoco creo en vuestro Dios.

¿A cuantas os gustaría tener una manzana para vuestra Blancanieves particular?

Soy una persona que para bien o para mal he nacido con una condición diferente a la tuya, que me estás leyendo; lo que nos diferencia a ti y a mí básicamente son dos cosas:

1. Antes de que me lleguen los palos en la vida ya los estoy llorando porque ya sé que viene algo que para mi va a resultar doloroso (las videntes no vemos selectivamente, las cosas malas también las vemos por anticipado)

2. Cuando pienso en ti te imagino en casa, con el pijama, relajadamente o tal vez en el trabajo en un momento de desconexión. A mí me estás imaginando rodeada de gatos negros y calderos. (No me digáis que me imagináis fea, por favor)

Lo que nos une es infinito, empezando por esas películas de Disney y esos cuentos que nos contaban de pequeña que nos hacían soñar (a muchas aún os hacen) con el príncipe azul, esa felicidad deletreable entre mieles y algodones.

Pocas veces escucho historias de amor eternas y perfectas por teléfono ni en mis consultas, la mitad de los que me estáis leyendo o ponéis los cuernos o sois unos cornudos (negad, negad con la cabeza juajua), de la otra mitad el 25% vive en una todavía historia de pareja bien y del otro 25% que queda un tanto está satisfecho con su soltería y el resto a la caza.
El amor nos trae locos.

Tiene un no sé qué, qué sé yo que hace que lo busquemos, que lo disfrutemos y que lo lloremos.
Como sociedad no sabemos asimilar que las historias de amor quedaron en nuestra fantasía, que en el día a día difícilmente se puedan encontrar historias así (por favor, ¿alguna sirena que se haya convertido en humana para casarse con su príncipe. ¿Alguien fue salvada del sueño eterno por un insulso y desaborío beso de algún príncipe?).

Ahí es donde están básicamente los problemas en las relaciones en la sociedad actual, ni todos servimos para tener pareja, ni los que tenemos pareja sabemos asimilar bien cual es el papel del otro en nuestra vida.

Una amiga que adoro me decía hoy “se lo he dado todo” mientras se lamentaba (el novio se fue). ¿Por qué se lo has dado todo? ¿Qué te has quedado para ti? ¿Tan difícil es encontrar el equilibrio en la pareja?

Si no aprendemos a querernos nosotros, si no sabemos que nuestra felicidad es nuestra, que podemos tener compañía en el camino pero nunca alguien atado a nosotros seguiremos fracasando en nuestro día a día.

[email protected], el amor es jodido, las relaciones son complicadas, la realidad no es fácil, el amor no es como lo pinta Disney, y las brujas tampoco!