En ti hay fortaleza para lograr tus metas; para darle impulso a tu visión; para sobre llevar las tormentas que vienen con todo cambio o creación. Conéctate con la seguridad interior cuando te asalte la duda y confía en tu intuición.
No te aferres a lo que tienes, lo cual no quiere decir que no lo aprecies: cuida, disfruta, toma las precauciones que indica el sentido común, pero no te dejes llevar por la angustia de perder. Nada es tuyo, excepto el proceso que te permitió adquirir algo. La experiencia y el aprendizaje son tu pago; los frutos son un regalo momentáneo. Y es en esta verdad que encuentras libertad.
Visualización:
Respira profundo. En tu imaginación, ve a una huerta, repleto de árboles frutales, flores, hortalizas. El jardín está rodeado por una valla de madera y a la entrada estás tú, en guardia, con una gran vara en tu mano, listo para defender lo tuyo. Miras de lado a lado bajo el ardiente sol. Tienes sed, estas cansado y en realidad quisieras sentarte bajo la sombra de algún manzano y beber un poco de agua fresca del pozo que es esta en tu huerta, pero no te atreves. ¿Quién sabe quien intentará entrar y robarse alguna fruta? Has trabajado tan duro para lograr tus frutos, el cielo se encapota, ¡viene una tormenta! Corres a resguárdate.
Caen rayos y centellas, un gran viento arranca arboles de raíz. Al final tu huerta ha quedado prácticamente destruida. Enmiendas errores pasados, mejoras algunas técnicas y decides construid una segura puerta a la entrada. Ha sido duro, pero he aquí tu huerta. No es igual a la anterior, pero refleja todo lo que has aprendido sobre la agricultura.
Te sentirás cansado, pero satisfecho y te sientes bajo la sombra de un árbol a saborear una suculenta fruta. Hoy estas tranquilos. Ya sabes que no importa lo que pase, tú tienes en ti todo lo necesario para superar los retos.